martes, mayo 05, 2009

Scuba cyber divers


Ante la inmersión informativa que se nos posibilita en la red al explorar en una página cierta información multimedial ¿qué tanto se acelera el proceso cognitivo?, ¿cómo da el usuario el salto del "conocer" al "hacer"?, ¿qué vigencia tiene esa información en la mente del cibernauta?, ¿genera con ella nuevas estructuras relacionales, nuevas resemantizaciones?, ¿acelera los procesos de captación, estructuración, codificación y resignificación de la realidad? ¿Hasta dónde se da realmente un proceso educativo?

Navegar y bucear a fondo cierta información sin duda es un proceso que puede resultar para algunos "ciberscuba divers" fascinante (encontrar múltiples narrativas para visualizar un mismo fenómeno, medios diversos para facilitar la comprensión de un hecho, artificios divertidos para captar lo que antes parecía aburrido) y para otros puede, que al sumergirse en aguas tan profundas el retorno a la superficie resulte asfixiante por el cambio de "presión" cognitiva.

¿Con qué se queda cibernauta, con la tonalidad de los peces, el ritmo de las olas submarinas, la complejidad de la vida acuática, la necesidad de retornar a seguir explorando o simplemente con una bella experiencia dominical?

Alfabetizar digitalmente, sin duda no se limita únicamente a enseñar a descifrar textos, mensajes, narrativas; leer taxonomías, juzgar la autenticidad de lo leído; ni tampoco a sólo comprender cómo se codifica la información culturalmente significativa. El proceso educativo, seguramente va más allá de leer y escribir en la era post-hipertextual como afirma Michael Joyce.

¿Qué implicaciones tiene este "bucear a profundidad" en la vida del cibernauta y que transformaciones derivan en el modelo educativo que se sustenta todavía en la letra impresa y en algunos casos en el desarrollo de habilidades para ingresar a los mares digitales y hacer uso de herramientas y servicios?

Moverse en las aguas de las redes sociales, los simuladores virtuales, el juego en línea, las aplicaciones móviles, las nuevas narrativas televisivas, las modalidades de interacción auditiva ¿qué nuevas configuraciones educativas implicará? La respuesta puede sonar fácil: multialfabetismos. Pero al ser así, hablamos entonces de multieducadores, multicompetencias, multiplataformas, multicurrículos, multipedagogías, multiescenarios... Acciones que parecerían no estar en el salón de clase, ni en los planes de desarrollo escolara, ni en las políticas públicas de muchos de nuestros gobiernos.

Pensar desde la era digital para muchos gobiernos se limita a abrir los puertos, comprar las barcas y mandar a la tripulación con un "lanchero". Y del usuario, poco hablamos; nos quedamos con la fascinación de su comportamiento en el viaje; de sus mareos y síntomas de vértigo. Pero qué pasará cuando regrese, ¿a qué estará o no dispuesto?; ¿hacia dónde irá mutando su naturaleza viajera y mediática?, ¿qué exigirá del mundo, de su barca y los nuevos continentes conquistados?

Aprender en la era de la participación sin duda es una práctica social genuinamente nueva. Nuevas relaciones de interacción entre el enseñar y el aprender se están gestando. Espero que nuestros profesores, a este tiempo, ya le hayan perdido el miedo a las aguas.

Gracias Juando, por la invitación a preguntarme.